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Dentro del formato de unas charlas sobre plagio, organizadas por una institución educativa en Sevilla (España), inicié la ponencia relatando la situación vivida hace unos años, cuando entregué el primer borrador del trabajo fin de un máster jurídico -TFM (referenciado en textos como "
Menos prêt-à-porter y más traje a medida"), y al poco me llamó la directora del proyecto, toda preocupada, porque había sometido el trabajo a varios test antiplagio y el ratio de presunta copia no citada debidamente era muy preocupante. Raudo y veloz me desplacé al departamento de Derecho Penal de la Universidad de Málaga para ver qué había pasado. Resulta que parte de la redacción se había soportado en textos propios que, sobre la materia objeto de investigación, había ido publicando en distintos medios virtuales a lo largo de cerca de una década.
- Igual de mal está – Comentó la dirección del TFM
– Has cometido autoplagio porque no te has citado a ti mismo -. Solventado el desajuste, volvimos a pasar los test, y el índice bajo sustancialmente, bastante por debajo de los niveles tolerables. Por el propio funcionamiento de la herramienta, es complicado que el dato dé "cero plagio", por lo que corresponde al técnico valorar si las referencias alertadas por el sistema antiplagio realmente son plagio o, por el contrario, similitudes lejanas del copia y pega.
En varias ocasiones he tratado el tema del plagio en este sitio. A título orientativo, en
¿Qué cuesta referenciar la fuente? denunciaba la manía que tenemos los "españolistos" de copiar, pegar y no referenciar o citar, crítica reforzada en “
El deporte nacional de no citar fuentes”, donde te trasladaba también el descubrimiento de que habían referenciado “al otro lado del Charco” algunos de mis textos publicados. Recientemente, se ha celebrado el III Congreso de la Asociación Española de Derecho del Entretenimiento,
DENAE, que ha versado sobre “Plagios, Tributos y Sonidos fronterizos”, con reflexiones como, por ejemplo, que “la tendencia actual en valoración del plagio se apoya más en criterios cualitativos que en cuantitativos, de forma que no se está tanto a la extensión de lo copiado, como a la originalidad y esencialidad en la obra del fragmento empleado por un tercero”. Aunque la temática se ha centrado en todo lo relativo al entretenimiento, considero interesantes las conclusiones de ese foro y la posibilidad de extenderlas a otros sectores, como puede ser la elaboración de contenidos elearning o, incluso, la redacción de textos que se editan en la blogosfera. Si quieres acceder a las conclusiones, clickea
AQUÍ, cortesía de DENAE. Fuente de la imagen: mvc archivo propio.